viernes, 8 de junio de 2012

Too Much Heaven.


–¿Estas bien?- Un chico con gran cabello se acerco hasta mi.

–Si, eso creo.- Me levante y pude notar que mi falda habia sufrido gran daño.

–Fue un golpe fuerte ¿Segura que estas bien?-

–Si, en verdad no fue nada.- Trato de levantar la pesada caja, la razón de mi caída.

–Dejame ayudarte.- Aquel chico tomo la caja, con un poco de esfuerzo.

–Muchas gracias.-

Caminamos unas cuantas casas mas sin decir ni una sola palabra. Gracias a que mamá se encontraba esperando en la puerta, supe donde era nuestra nueva casa.

–Aqui es.- Dije amablemente mientras tomaba de nuevo la caja. –Muchas gracias por ayudarme.-

–No hay por que, por cierto, ¿cual es tu nombre?- El hizo una mueca, muy linda.

–Me llamo Elizabeth, pero dime Beth, y tu ¿como te llamas?-

–Soy George, bueno Beth, un gusto conocerte, espero verte después y por cierto, ten mas cuidado.- Todo esto lo dijo mientras caminaba de regreso por donde habíamos llegado.

–¿Se puede saber quien es ese jovencito?- Por completo olvide que mamá se encontraba en la puerta.

–Es un chico que me ayudo a llegar a casa, ya que torpemente tropecé y caí poco antes de llegar aquí.-

–Oh mi pequeña, ¿te encuentras bien?-

–Si, nada de que preocuparse.-

Desde que Charles, mi hermano mayor se caso, mamá se volvió mas sobreprotectora conmigo.
Acoplarme a un nuevo vecindario no seria nada fácil, y ni hablar del trabajo.

Despues de terminar de arreglar algunas cosas de la mudanza, sali por un rato y fume un cigarrillo sentada en las escaleras de la entrada. La mayoria de los chicos del vecindario eran muy hablables, al parecer todos sabian sobre las nuevas vecinas.

La primer semana en el trabajo fue la mas dura, el pub en el que trabajo, al parecer es el mas popular del rumbo. Todos los chicos acuden aqui al finalizar la escuela. Como era de esperarse, al ser nueva en esto, recibi muchas bromas por parte de los chicos.

–¿Primer semana?-

–Ni lo menciones.- Respondi sin mirar a la chica que lo habia dicho. –¿Que deseas?-

–Dos whiskys con coca cola por favor.-

Tarde un poco en atenderla ya que el bar estaba a reventar.

–Que pasa Cyn ¿Por que tardas tanto?-

–La chica es nueva, hay que ser un poco mas pacientes.- Respondió ella.

–¡Vamos, me crecerán raíces!- Dijo el chico gritando y golpeando en la barra.

–Aqui están, dos whiskys con coca, cortesía de la casa.- Respondí al ver la cara de vergüenza que expresaba aquella pobre chica.

–¡Ya era hora!- El tomo los tragos y tomo a la chica de la mano sin siquiera dejarla hablar.

Y si fue como transcurrió un mes, mi primer mes en el trabajo y en toda mi nueva vida. Una tarde como cualquier otra, la chica con el novio prepotente volvió al bar, pero esta vez sin su novio.

–Hola, ¿Me recuerdas?- Me dijo sonriendo y sentandose cerca de la barra.

–Claro ¿Como has estado?- Pregunte mientras limpiaba un poco.

–Bien, aquí pasando el rato y esperando a una amiga.- Sonrío tímidamente.

–¿Y tu novio?- Pregunte.

–Eso, bueno... creo que ya fue.- Contesto mientras miraba hacia otro lado.

–Oh, lo siento no quise...-

–No te preocupes, no hay problema.- Contesto mostrandome de nuevo una sonrisa. –Por cierto, mi nombre es Cynthia.-

–Elizabeth, pero dime Beth.- Conteste extendiendo mi mano hacia ella.

–¿Eres nueva aquí cierto?-

Como dicen, pueblo chico...

–Si, mi madre y yo llegamos hace un mes.-

–Bueno Beth, un gusto conocerte, espero verte pronto.- Cynthia salió al ver a una chica esperando en la entrada.

Yo seguí con lo mío, hasta que llego la hora de salida.

–Hey Beth, no habrás olvidado mi invitación ¿cierto?- Me dice Lucy mientras guardamos nuestras cosas.

–Por supuesto que no.- Mierda, lo habia olvidado por completo.

Lo unico que quería era llegar a casa y dormir hasta hartarme de la cama. Pero, Lucy ya me habia invitado a otro bar, ya que su primo se presentaría ahí tocando con su banda.

Al llegar, el lugar se encontraba escupiendo gente, al parecer comenzaban a ganar popularidad. El ritmo con el que tocaban era estúpidamente pegadizo, si no bailabas al momento de escucharlos, era porque eras sordo.

Al terminar el numero, las personas en el lugar comenzaron a disminuir, Lucy y yo comenzamos a abrirnos paso entre las pocas personas dentro, hasta llegar al escenario.

–¡Lucy, por aqui!- Grito uno de los chicos del grupo.

–Vamos Beth, sigueme.- Lucy me tomo de la mano y casi arrastrandome me llevo a lo que al parecer era la parte trasera del escenario.

–¡Lucy, que bueno que pudiste venir!- El mismo chico abrazo a Lucy con demasiado entusiasmo.

–Beth, el es mi primo Paul, Paul ella es Beth.-

–¿Beth? Lindo nombre.- Contesto el.

–En realidad es Elizabeth, pero me gusta que me llamen Beth.-

–Bien, pasen chicas, por favor.-

Paul nos hizo pasar a una pequeña sala, donde se encontraban todos los demás chicos de la banda.

–Bueno Beth, Lucy ya conoce a todos estos tipos, solo faltas tu.- Paul tomo suavemente mi mano y me guío hasta uno de ellos.
–Beth, el es Stu, toca el bajo.- Un chico alto, de tez muy blanca y con gafas oscuras solo me dirigió una tímida sonrisa.

–Hola, soy Beth.- Dije.

–Stuart, un placer.-

–El...- Dijo Paul señalando al chico que se encontraba alejado de todos. –...es Pete, es nuestro bateria, no es muy sociable, o al menos así es con nosotros.-

–No lo culpo.- Bromee un poco.

–Y por ultimo...- Paul no pudo terminar su frase, cuando me lleve una muy grande sorpresa.

–¡George!- Mi mirada se ilumino como la de un niño en la mañana de navidad.

–Beth, que pequeño es el mundo.- George se acerco y me saludo con un pequeño beso en la mejilla.

–¿Se conocen?- Pregunto Paul.

–Si, recuerdas el dia que me esperaste como por media hora en la parada de Penny Lane, bueno ella es la chica a la que ayude.- Respondió George con media sonrisa en el rostro.

–Que pena, tu también te enteraste de mi estupidez.- Dije a Paul con cierto sonrojo.

–John, ven a conocer a una nueva amiga.- Paul llamo al chico que entraba junto con Lucy.

–¡¿Tu?!- Dijo el chico al verme ahí.

–¿Ustedes también se conocen?- Pregunto George.

–Ella es la chica lenta en el Evin pub, Cyn y yo estuvimos ahi la otra noche.- Contesto John, remarcando la parte de Cyn y mirando a Lucy.

Los días transcurrieron demasiado rápido desde ese encuentro. Aquella banda, se habían convertido en un tipo de confidentes para mi, algo muy extraño, ya que yo nunca habia tenido amigos tan cercanos.

Una noche, el Evin Pub, organizo un baile, los chicos tocarían ahí por primera vez, era algo un poco alucinante.
Como era de esperarse, John y Cyn fueron juntos, algo que destrozo el corazón de Lucy por completo. Paul, George y yo decidimos ir juntos, ya que los tres nos encontrábamos sin pareja.

–¿Te gustaría bailar?- Paul estaba de pie justo enfrente de mi con la mano extendida. Era una oferta muy tentadora, pero olvidaba algo muy importante, ¡yo no se bailar absolutamente nada!

–Claro.- Pero en que mierda estoy pensando.

Paul y yo bailamos demasiadas canciones después de que ellos tocaran. Su presentación fue todo un éxito, como era de esperarse.

Horas después como se tenia previsto, John tomo hasta como para olvidar su nombre. Paul, Stu y Cyn salieron del lugar, para llevar a Lennon a su casa. Dejandonos así solo a mi y a George.

–Y bien... ¿Quieres seguir bailando?- Pregunto tímidamente.

–Esta bien.- Respondi con una sonrisa mientras caminábamos hacia la pista. Gracias al cielo, una pieza lenta comenzó a sonar en todo el salón.

Recoste mi cabeza suavemente sobre el hombro de George, su loción, me envolvió, haciendo de aquello un ambiente maravilloso.
Sin aviso, un cosquilleo escalofriante me recorrió por la espalda al sentir su mano en mi cintura. Al terminar la canción, nos retiramos un poco sonrojados por el momento.

–Te acompaño a casa.- Dijo mientras sostenia abierta la puerta para que yo pasase.

–Gracias.- Solo pude responder eso. Sabia que desde ese baile, nada seria igual.

En el camino a casa, el clima me traiciono y comenzó a hacer un poco de frío.

–Toma, ponte esto.- George se quito la chaqueta y la coloco alrededor de mi.

Al pasar por pequeño callejón, un perro ladro fuertemente y lo único que pude hacer fue tomarlo de la mano. Pobre, casi se la arranco.
Finalmente llegamos a casa, sanos y salvos.

–Nos vemos luego, descansa.- George se despidió de mi en la puerta.

Lo observe por unos momentos mientras caminaba por la calle. Un sentimiento que nunca antes habia experimentado me invadió por completo, fue como si algo mas me impulsara.

–¡George, espera!- El dio media vuelta mientras yo corrí hasta donde se encontraba. Al llegar ahi, lo único que pude hacer fue tomarlo por el cuello y así unir mis labios con los suyos, en lo que seria mi primer beso.
–Olvidaste esto.- Para poner un pretexto a lo que acababa de hacer le devolví su chaqueta.

–Quedatela, volveré por ella.- Respondió muy cerca de mi.

–¿Que haras mañana?- Pregunte inocentemente.

–Regresar a verte, igual que todos los demás días.- Contesto mientras caminaba rumbo a su casa.

Según John no éramos mas que una pareja pasajera, para el las relaciones sin sexo no eran verdaderas.
Paul tampoco era partidario de nuestra relación, pocos días después que George y yo comenzáramos a salir, Paul, aun sin saber nada me demostró sus sentimientos, algo por lo cual me sentí fatal, ya que Paul es un chico hermoso, y no hablo físicamente.

Cada dia, George y yo terminábamos en una cafetería del centro tomando un poco de cafe, la taza nos duraba casi 2 horas ya que casi no le poníamos atención.

Si no estábamos ahí, nos encontrábamos en el cine, aunque nos besábamos y abrazábamos y la mayoría de las veces no veíamos la película.
Todo iba de maravillas, tanto para la banda, como para nosotros.

–¡Beth, te tengo una sorpresa!- George llego muy emocionado a mi cuarto.

–¿Que pasa?- Pregunte mientras lo abrazaba.

–¡Conseguimos un contrato en Hamburgo!-

–¿En serio? ¡Eso es perfecto!-

–Pero...- Su tono de voz cambio. –...viajaremos en una semana y no volveremos hasta dentro de 4 meses.-

Por un momento mi mundo se detuvo, al escuchar aquello. La misma sensación que tuve en el Evin me invadió por completo, pero no de la misma forma.

–¿Que pasa...Beth?- George me miro por unos segundos.

–Nada, solo son ideas mias.- Sonreí forzadamente. –George, hoy no me siento muy bien, podríamos vernos mas tarde.-

–Claro vengo después.- Dijo mientras salía sin dejarme de ver.

Odiaba esa sensación, es exactamente la misma que sentí días antes que mi padre muriera. Es como si alguien me avisara que algo malo sucederá.

Esa misma noche, George volvio. No volví a comportarme de la misma manera que antes, pero el sabia que algo andaba mal.

Cada dia que transcurría, se acercaba mas a la fecha en la que viajarían a Hamburgo. Y cada día mi amor por George crecía incondicionalmente.

Un día antes de su partida, escribí una carta en la que explicara el porque de mis acciones.

La mañana del viaje, fue la mas emotiva que habia vivido. Todos se despidieron y como era de esperarse, deje al ultimo a George. Al abrazarlo, sentí la necesidad de no soltarlo, algo me decía que esa podía ser la ultima vez que nos veríamos.

–Solo sera por un tiempo, no te preocupes.- Trato de reconfortarme con sus dulces palabras.

–Te hice una carta, pero no la abras hasta que llegues allá.- Le pedí.

–Esta bien.- Cuidate por favor. Finalmente nos dimos un beso, nuestro ultimo beso.

En la carta, le pedia algo que ni yo podía creer posible. Aunque me dolía en el alma, le pedía dejara lo nuestro en el pasado, tan solo como un simple y dulce buen recuerdo.

Sabia que desde la primera vez que nos vimos fue como un anuncio que el destino nos tenia guardado. Pero al final, con  el nunca se sabe y pues ya todo andaba mal.
No era por falta de cariño, yo lo quiero con el alma, pero odiaba admitirlo, todo tiene un fin.

Exactamente dos semanas después de su partida, descubrí lo que el destino tenia guardado para mi.
Una noche, después de salir de mi trabajo en el Evin, cruce una calle a toda prisa, y lo único que recuerdo desde ahí es una luz. Una luz cegadora que me envolvió como la loción de George aquella noche en la que bailamos.

Y ahora me encuentro aquí, cuidandolo, desde mi sitio, desde donde el cual cuido a mi madre, y a todos mis amigos. Hay momentos en que los extraño, pero... se que en su momento, todos llegaran junto a mi.
Solo se que dentro de poco ya no me sentiré así, alguien me ha dicho que Stu pronto estará por acá, ayudandome a cuidar de todos ellos.














Pfffff me llevo mucho escribir esta historia súper pirada hahaha creo que me pase con el LSD hahaha ok no espero les guste, ademas la cancion ayudo demasiado es como que el sentido de la historia. Siento que así deberían ser todas las historias, ya que no todo en la vida es amor y felicidad. Por cierto hay varias cosas que menciono que salen en el libro de John que escribio Cyn :) cualquier tipo de comentarios es aceptado :D

sábado, 28 de abril de 2012

Two Worlds Collide.

Al salir por aquella grande puerta, pensó que debía ser tarde, así que se dirigió al lugar donde siempre dejaba su motocicleta, se despidió de algunas compañeras de aula y salió hacia la avenida.

En un pequeño local, logro ver la hora, eran las 2.30, llevaba tiempo suficiente hacia donde se dirigía. En cada alto sentía como el viento hacia chocar sus ropas fuertemente contra su cuerpo, la maquina, rugía con la misma fuerza en cada arranque.

Cada vez que llegaba a un alto, observaba minuciosamente a las personas que cruzaban, iban de un lado a otro, con todas sus preocupaciones, tristezas o felicidades. El semáforo, cambio su color, como era de esperarse, acelero saliendo con gran velocidad, llegaba a su parte favorita del trayecto, una zona rodeada de un gran numero de arboles, para ella era hermoso poder pasar por ahí, algunas veces y sin que los policías lo notaran solía quitarse el casco y disfrutar del aire puro que los arboles le regalaban.

Ese día fue una gran excepción, sin tiempo que perder, paso casi sin ver aquel tramo del trayecto. 
Al ver como aquella mujer baja hacia la avenida, ella no pudo mas que tratar de esquivar el choque y no dañar a la mujer en lo mas mínimo, trato de frenar con el pie, pero su intención fue en vano, salió volando por los aires, mientras escuchaba el grito de la mujer horrorizada antes de caer y perder la conciencia, fue como dormirse de golpe.

Volvió en si, cuando dos o tres hombres trataban de quitar la moto que se encontraba encima de ella. El sabor a sangre en su boca la alarmo un poco. Cuando los hombres tiraron de la moto, ella se quejo del dolor en su pierna, al parecer estaba rota.

Las voces de todas las personas reunidas para enterarse que habia sucedido, comenzaban a resonar cada vez mas fuerte, era como un mar de voces. Algunos paramédicos llegaron para socorrerla de inmediato, después de algunos minutos, en los cuales pudo recordar con exactitud todo lo que habia sucedido, pregunto por aquella mujer que se aventuro a cruzar la calle sin mirar hacia los dos lados.

–Esta bien, solo se llevo un gran susto y algunos pequeños rasguños.- Comento uno de los paramédicos.

Al sentir el cambio brusco del piso a la camilla, pudo relajarse un poco mas, en el transcurso, dio todos sus datos a uno de los policías que la acompañaba. El shock que sufría era enorme, aun no podía recuperarse de eso.

Algunas veces mas se lamia los labios, el sabor a sangre se intensificaba, una herida en la ceja dejaba brotar toda esa sangre. Las nauseas iban y venían con todo el movimiento de la ambulancia.

Después de algunos minutos de esperar en una sala llena de personas lesionadas y llenar algunos formularios, la pasaron a otra, donde le cambiaron su ropa sucia y rota por una bata azul. Después de algunos estudios, le cambiaron de camilla, cuidando la pierna lesionada.

Una mujer de blanco, le coloco lo que al parecer era una mascarilla. El doctor se acerco y le sonrió cuando dijo:
–Esta lista, comencemos.-

Como un sueño era algo muy extraño, ya que ella nunca soñaba algo con olor. Pero ese olor tenia algo peculiar, algo familiar.

–Definitivamente debo dejar esos cigarrillos.- Comentaba una voz a lo lejos.

Ella se encontraba boca arriba sobre la cama, en un cuarto nada conocido. Alguien salió de una puerta contigua a la habitacion.
El olor se intensifico cada vez mas, esa mezcla de tabaco y loción era inmensamente familiar

–¿Te encuentras mejor?- Un hombre un tanto conocido, vestido con un chaleco negro y con un par de lentes de pasta negra salió de lo que al parecer era una habitacion contigua.

–Si.- Ella comenzaba a ubicar un poco el lugar, al parecer no era muy grande.

–Bien, pasare la tarde en el centro, espero no te moleste estar sola por un tiempo.- El hombre tomo un saco y salió después de mencionar esto.

Ella comenzó a moverse poco a poco en la cama, para después poder sentarse cómodamente en ella. El dolor que recordaba en su pierna por el accidente, habia desaparecido.
Trato salir de la habitacion pero escucho algunos ruidos y regreso a la cama.

Alguien subía por las escaleras, tal vez seria el mismo chico que acababa de salir, definitivamente sabia que lo habia visto en algún lugar antes.

–¿Annie, estas ahí?- Una voz muy diferente a la del chico anterior se escucho del otro lado de la puerta.

Ella no sabia que responder, así que trato de no hacer ningún ruido, tal vez así este se alejara.

–Se que estas ahí, vi como John subía a su auto.- Decía aquel chico.

¿John? Ese nombre se atasco por un momento en su mente.

–Vamos, se que estas ahí, dejame entrar.- El chico en la puerta seguía insistiendo.

Sin mas que pensar, ella camino hacia la puerta y la abrió, notando así a aquel chico de estatura baja, con los ojos mas expresivos y hermosos que habia visto en su vida.

–Sabia que estabas aqui, hermosa.- El chico se acerco y la abrazo muy fuertemente.

Al alejarse un poco de el, la conexión que se formo en sus miradas, fue algo espeluznante, algo mas parecido a una pequeña descarga eléctrica le recorrió desde los pies a la cabeza.

–Tranquila o se caerá de la cama.- Dijo el enfermo de a un lado.

Cuando abrió los ojos, noto que se encontraba de nuevo en el hospital. El sol del atardecer se colaba por los ventanales, pronto se haría de noche. Débilmente, dirigió una sonrisa a su vecino, trato de recobrar el aliento después de aquel extraño sueño.
Noto que su pierna lastimada ahora se encontraba enyesada y colgando de un aparato con pesas y poleas.

La fiebre que sufría, la estaba venciendo, la llamaba a dormir un poco mas, pero ella gozaba mas el estar despierta.
Poco tiempo después, una enfermera, con un carrito llego y le administro una inyección con un liquido rojo, notablemente su estado de fiebre mejoro. Después la misma enfermera le dejo un pequeño plato con un poco de sopa, lo cual la ayudo mucho y la estabilizo aun mas.

Al terminar de comer, una pequeña televisión pasaba algunos vídeos de canciones clásicas, una canción que le recordaba su niñez comenzó a sonar en el pequeño aparato. Definitivamente conocía a los chicos de aquel video, y sabia que dos de ellos los habia visto en su sueño.

La noche habia llegado, y la luz de la luna se podía filtrar por los ventanales. El dolor de su pierna habia desaparecido, pero su ceja aun ardía un poco, a pesar de esto, pudo recobrar el sueño.

De nuevo, se encontraba en la misma habitacion, aquel olor era inconfundible. Al parecer de nuevo se encontraba sola, esta vez recorrió cada rincón de la habitacion buscando un poco de información, finalmente encontró un pequeño baúl con fotos. La mayoría de estas eran de ella con los chicos del video, dos de ellos se llamaban Paul y George, algunas fotos mas eran de ella y John muy sonrientes, y finalmente, encontró algunas de ella y aquel chico que la abrazo como si fuera lo ultimo que hiciera en su vida.

–Richie.- Susurro, leyendo la parte trasera de la foto.

Los mismos pasos en las escaleras comenzaron a escucharse, ella sintió una fuerte emoción, pero a la vez sintió un enorme temor.

–Hermosa, soy yo.- Ella escucho la misma voz detrás de la puerta. Sin tardarse abrió rápidamente, y sin siquiera dejarlo hablar, lo abrazo.

–Eso si que no me lo esperaba.- Contesto el sonriendo.

–Solo tenia ganas de hacerlo.- Ella le regreso la sonrisa.

–Vamos, debemos sacar todo antes de que John regrese.- Dijo el.

–Si.- Ella parecia saber todo lo que sucedía, comenzó a sacar todas sus cosas y las llevo hasta el auto de el, después de terminar, regresaron a la habitacion a asegurarse de que nada le haya hecho falta.

En un abrir y cerrar de ojos, John habia llegado a la casa, y ya sabia sobre el plan de Annie.

–¡Crees que te dejare ir con este imbécil!- John gritaba histéricamente.

–John, dejame explicarte.- Richie trato de proteger a Annie de su hermano John.

–¡Tu no tienes nada que decirme!- John lo empujo a un lado, y así encaro a Annie.

–¡No puedes gobernar mi vida John, tu no eres quien para decirme que hacer!- Ella grito con todas sus fuerzas en la cara de John y salió corriendo de la habitacion.

–¡Annie, espera!- Richie, salió tras ella al igual que John.

Ella bajo corriendo las escaleras y salió a la calle del mismo modo.

Al igual que aquella mujer que creo el accidente en su motocicleta, ella se aventuro a atravesar la calle sin mirar hacia los lados, instantáneamente, sintió un gran golpe y noto como todo desaparecía.
Minutos mas tarde, pudo notar que todo lo que habia vivido habia sido como un sueño, ella se encontraba de nuevo en el hospital, pero su vista no era la misma, noto como algunas enfermeras seguidas por un doctor entraban corriendo a su habitacion y trataban de revivir a una linda chica, una chica muy familiar, era ella.

Poco a poco se fue alejando de aquella sala de hospital, saliendo por el pasillo con un pequeño shock, acababa de morir y nadie sabia nada, ni siquiera ella misma. Al llegar a una pequeña sala, noto que John y Richie se encontraban un tanto consternados ante la noticia. Con lagrimas en sus ojos, se despidió de cada uno de ellos con un beso en la mejilla y finalmente se esfumo.

–¡Cuidado!- Grito una mujer, que cruzaba la calle.

Ella trato de no perder el control de la motocicleta, logro esquivar a la mujer y salir ilesa de aquella escena.







Lo se, un poco fumada la historia :P pero tenia muchas ganas de escribirla :) si es que la terminan de leer, les agradecería un comentario :P aunque sea una carita hahaha okno :P

sábado, 14 de abril de 2012

Meet The Beatles.

–Esto es demasiado estúpido.- Dije un tanto enfadada.

–¿Quieres conocerlos o no?- Ali se encontraba mas emocionada que yo.

–Si, pero esto es una oportunidad en un millón.- 

–No pierdes nada con intentarlo.- Arrebato el sobre de mis manos y lo deposito en el buzón.

–Eso espero.- Caminamos de regreso a casa.

Los días siguientes, fueron una pesadilla para mi, cada día revisaba el buzón en espera de una respuesta, pero al parecer no había nada.

Una mañana como cualquier otra salí de la cama y comencé mi rutina diaria, al salir hacia el colegio no me detuve a revisar el correo, esa absurda idea de ganar el concurso se había esfumado de mi mente.

–¡Carol!- Grito Ali alzando su mano en forma de saludo.

–Hola, Ali.- Dije un poco triste.

Al ver mi reacción, Ali no toco el tema sobre el concurso. Cuando llegue a casa, todo cambio.

–Carol, tienes correo.- Dijo mamá en cuanto escucho que llegue.

La relación entre ella y yo no era muy buena, desde que mi hermano James se había casado, nuestra casa se había vuelto mas fría.

–Gracias.- Me acerque y tome la carta.

–Hoy regresare mas tarde, la cena ya esta lista.- Mamá tomo su bolso y salió.

Subí a mi cuarto, me recosté en la cama y abrí la carta, al parecer no era mas que promociones.

–"Carol Smith: 
Nos complace informarte que has sido elegida ganadora del concurso "Meet The Beatles" en su próxima y primera visita en New York, tu ciudad. 
Pronto recibirás mas noticias sobre este evento. ¡FELICIDADES! 


Sinceramente
Revista Teen Life.


No lo podía creer, era la ganadora para conocer a The Beatles en su primer visita a mi país, honestamente, no me consideraba una persona con mucha suerte, no espere ara contarle a Ali lo que había sucedido, así que marque rápidamente a su casa.

–¡Ahh! no lo puedo creer eres la chica mas afortunada que conozco.- Ali se emociono demasiado.

–Ni yo lo puedo creer aun.-

–Pero eso si, no tocaras a mi Paulie.- Ali se río.

Como lo prometieron, en los días siguientes recibí indicaciones de parte del personal de la revista.
Finalmente el 8 de febrero llego, The Beatles habían llegado un día antes, ese día, un auto muy elegante llego por mi, como si estuviera en una película llegue al hotel Plaza, la calle se encontraba repleta de personas, en su mayoría fans y policías, era impresionante a pesar de que ya era tarde.

Baje del auto, rápidamente entre al hotel y un hombre con un traje muy elegante me recibió.

–Buen día Srita. Smith, soy Joseph Miller, ejecutivo de Teen Life, la llevare hasta la suite con los chicos.-

–Muchas gracias Sr. Miller.-

Mientras subimos por el ascensor, el señor Miller me indico como tratar a los chicos, no podía alterarme, eso era algo muy obvio, aunque un poco imposible. El ascensor se detuvo y mi corazón comenzo a latir cada vez mas fuerte.

–Bien, aquí es.- El Sr. Miller llamo a la puerta, un chico alto con expresión de enojo abrió.

–Tu debes ser Carol.- Contesto el chico. –Yo soy Dave Carson, te acompañare parte de tu día y tomare algunas fotos.-

–Mucho gusto Dave.- Sonreí timidamente.

Al igual que la calle, la habitación estaba repleta de personas. Poco a poco Dave y el señor Miller me abrieron paso entre una pequeña multitud que rodeaba a los chicos. Aun no podía creer lo que estaba ante mi, como si fuera una foto mas para una revista, George, John, Ringo y Paul se encontraban en una pequeña sala, fumando algunos cigarrillos y bebiendo algunos tragos, mientras respondían a las preguntas de la prensa.

Interrumpiendo totalmente mis pensamientos, Dave quien se encontraba a mi lado saco su cámara y tomo una foto de los chicos, al parecer el también había pensado lo mismo que yo sobre la foto.

Poco a poco las personas en la habitación fueron disminuyendo, hasta que solo quedamos el Sr. Miller, Dave, los chicos, la esposa de John y yo.

–¿Y quien es ella?- Pregunto Paul.

–Ella es Carol Smith, la ganadora del concurso de nuestra revista, hoy pasara parte del día con ustedes.- Contesto el Sr. Miller.

–Bien, al menos no es tan psicópata como las demás.- Dijo George mientras todos rieron.

–¡Vamos, no seas tímida, toma asiento!- Me dijo Ringo señalando un lugar vacío cerca de ellos.

–Gracias.- Mi sonrisa mas estúpida se dibujo en mi rostro mientras el rubor subía rápidamente a mis mejillas.

–Bien me tengo que ir, espero se diviertan.- El Sr. Miller salió.

–¿Y de donde eres?- Pregunto George.

–De aquí, de Nueva York.- Trataba de sonar un poco interesante, pero al parecer no lo lograba.

Los chicos siguieron haciendo cada clase de bromas y todos reíamos, aunque solo éramos Ringo, George, Paul y yo, ya que John y Cynthia habían desaparecido poco después que comenzamos a charlar.

–Chicos, ¿Pueden venir un momento?- Un hombre de estatura media con un traje muy reluciente llamo a George, Ringo y Paul.

–¿Nos disculpas un momento?-

–Claro, adelante.- Les dirigí una sonrisa amable.

Los chicos tardaron un poco, mientras tanto yo observaba delicadamente la habitación.

–Ellos tenían razón, eres una chica linda.- John salió de sorpresa, haciendo me saltar del susto, sostenia en la mano un vaso con lo que al parecer era Whisky.

–Oh, gracias.- Mis mejillas se ruborizaron de nuevo.

–¿Gustas?- John señalo la botella de Whisky mientras servía mas en su vaso.

–Si gracias.-

Después de esto un silencio incomodo nos invadió.

–Tu esposa en una chica muy linda.- Trate de romper un poco el hielo.

–Oh, si que lo es.- John termino su copa de un trago.

Timidamente, di pequeños tragos a mi vaso.

–¿Te gustaría conocer un poco la suite?- Dijo John muy amablemente.

–Claro, vamos.-

La suite era espectacular, los cuartos eran geniales, cada uno de los chicos tenia el suyo.

–Al fin las encuentro.- John tomo unas gafas oscuras Ray-Ban del buró en el cuarto de Paul.

–Son geniales.- Dije mientras se las colocaba.

–¿Te gustan?- Pregunto con una ligera sonrisa.

–Si.-

–Toma pruebalas.- John se quito las gafas y me las ofreció.

–No, son tuyas, no puedo.-

–Vamos, tomalas.- John insistió hasta que me las coloque.

–Me encantan.- Dije mientras me miraba en el espejo.

–Te vez muy bien.- John se acerco por detrás y lentamente coloco su mano en mi cintura.

–John...- Mi voz se entrecorto por los nervios.

–Se lo que buscas chica.- Fuertemente me tomo con las dos manos de la cintura y me puso frente a el.
Bruscamente me beso, cosa a la cual no me negué, no cualquier día se tiene la oportunidad de besar a John Lennon.

Ingeniosamente me cerro la puerta de una pequeña patada y me guío hasta la cama. Nos tiramos encima de aquella cama, ágilmente comenzó a sacarse la corbata. Mi sentido común se había perdido en el momento que toque sus labios. Comencé a sentir como lentamente su mano comenzó a subir por mi pierna por debajo de mi falda. Un pequeño suspiro se me escapo.

–¿John?- La voz de George sonó afuera en el pasillo.

–¡Mierda!- Los dos nos incorporamos rápidamente, John salió por la puerta principal de la habitación y yo por la puerta conectada a un baño.

Mi peinado y mi ropa eran un desastre, hice todo lo posible para que volvieran a lucir como en un principio. Poco después note que aun tenia puestas las gafas de John. Sin pensarlo las guarde en mi bolso.

Salí del baño y los chicos se encontraban de nuevo en la sala.

–Carol, creímos que ya te habías ido.- Dijo Paul con una sonrisa.

–Solo venia a despedirme chicos, ya debo irme.- John me miraba con una sonrisa burlona, algo que me incomodaba.

–No, apenas comenzábamos con la fiesta.- George hizo un baile muy gracioso al decir esto.

–Muchas gracias chicos, pero en verdad debo irme.- Lo único que quería era salir corriendo.

–Bueno, esperamos que hayas pasado un rato agradable.- Ringo encendió un cigarrillo.

–Esperen y por que no la invitamos mañana al show y después al lounge.- John sonrío como si nada hubiera pasado.

–Buena idea, hasta que John dice algo sensato.- Ringo río.

–Bueno hasta mañana chicos.- Me despedi y salí huyendo de ahí.

Todo el camino a casa fue de lo peor, me sentía fatal. Yo no era el tipo de chica que se acostaba con cualquiera, pero John no era cualquiera.

Al llegar a casa, como era costumbre, mamá no se encontraba, así que subí a mi habitación, pensé en llamar a Ali, pero no lo hice, decidí reservarme todo esto.

A la mañana siguiente, salí en busca de un lindo vestido para asistir al programa. Le conté a mamá lo que haría y solo me felicito.

Un auto muy parecido al del día anterior llego por mi. Subí y nos dirigimos al estudio donde se grababa "The Ed Sullivan Show". Al llegar, los chicos estaban terminando su ensayo. George fue el primero en acercarse a saludar, después Ringo y Paul, este ultimo se quedo platicando conmigo. Tiempo después se acerco Cynthia y después John.

–Hola.- Cynthia se acerco y me saludo con un caluroso abrazo y una linda sonrisa.

–Hola Cynthia.- Igualmente yo le devolví el abrazo.

–Vamos solo dime Cyn.- Ella en verdad era una chica muy amable, y yo me sentía fatal con lo que sucedió la noche anterior.

–Esta bien, Cyn.- Trate de transmitirle una grande y linda sonrisa de disculpa.

–Hola Carol.- John imito a Cyn, pude sentir como su mano recorría mi espalda hasta que llego a mi cintura, antes de separarme de el, sentí como coloco algo en mi bolso.

El show comenzó, Cyn y yo esperamos a los chicos en el camerino. En un momento me dirigí al tocador, al abrir mi bolso, encontré las gafas de John acompañadas de una nota.

–"Tenemos que terminar lo que empezamos, niña traviesa, solo espera mi señal". John.-

Sabia que todo esto estaba mal.

El resto del show fue de lo mas rápido, en poco tiempo todos nos encontrábamos rumbo al lounge.

Al llegar todas las chicas del lugar querían acaparar la atención de los chicos, al ver que John iba con Cyn, ninguna chica se le acerco.

Después de bailar un poco con Paul, quien se había comportado muy bien conmigo, regrese a mi lugar, para mi mala o buena suerte, Cyn había ido al tocador, así que solo se encontraba John. Al no poder hacer nada, volvió a escribir una nota y me la entrego.

–"Solo sigueme".-


Al terminar de leerla, John se levanto, y poco después yo. Nos fuimos abriendo paso entre toda la multitud que bailaba, hasta llegar a una sala privada. La decoración era muy colonial, casi no había luz, casi no podía ver nada.

–Creíste que olvidaría todo ¿No es así?- Como la noche anterior John volvió a tomarme de la cintura y me acerco a el, sus besos cada vez se volvían mas intensos, poco a poco comenzó a bajar por mi cuello. Cuando menos lo note ya se encontraba desabotonando mi vestido.

–Basta John, no puedo hacerlo.- Dije sofocada.

–Vamos, yo se que lo deseas.- John siguió besando mi cuello.

–No...John...- Fueron las ultimas palabras que pude decir antes de perderme en los brazos de John.

Tiempo después salimos de aquella sala. Regresamos a nuestros asientos, nadie sospecho nada o al menos eso pensamos, la noche transcurrió de lo mas normal, de vez en cuando Cyn platicaba conmigo, o con John.

Al final de la noche, me despedi de los chicos, prometieron volver a vernos, todos nos despedimos con un abrazo, el ultimo en hacerlo fue John.

–Espero volver a verte.- John me abrazo y como en la tarde, guardo una nota en mi bolso y me dio un tierno beso en los labios.

–Cuidate John.- Subí al auto y este arranco.

Después de esos días, nada volvió a ser lo mismo. Todo en mi había cambiado y todo gracias a John, John Lennon.

miércoles, 11 de abril de 2012

Simplemente Tu.

La parada de autobus parecia tan lejos, tantas cosas que llevaba no me dejaban correr tan rápido.

–¡No seas estúpida, vuelve aquí.- Bruno gritaba detrás de mi enfadado.

Al fin pude llegar a la parada, un chico con una vieja guitarra me miro sorprendido.

–¿Te encuentras bien, puedo ayudarte?-

Yo no pude responder, en un abrir y cerrar de ojos, Bruno había llegado ahí.

–Vamos, regresa, o caso piensas que siendo tan estúpida podrás sobrevivir sin mi.-

Bruno me halaba del brazo, haciendo que todas mis cosas cayeran al suelo. Sin saber que hacer, y con la lagrimas segandome, Bruno me arrastraba de vuelta con el.

–¡Dejala en paz!- Grito aquel chico, tomando mi brazo libre.

–¿Y tu quien eres, niño estúpido?- Bruno se regreso a encarar a aquel chico.

–Definitivamente alguien mejor que tu.- El chico tomo por sorpresa a Bruno y lo golpeo dejandolo inconsciente.

Afortunadamente el autobus había llegado.

–¡Vamos, sube!- El me ayudo a levantar mis cosas del suelo, y subimos al autobús antes que Bruno despertara.

No podia creer lo que acababa de suceder, tal vez Bruno tenia razón, no sabia que haría sin el.

–¿Estas bien?- Aquel chico, se dirigió a mi con una amable sonrisa.

–Si, gracias.- Dije secando una lagrima.

–¿Puedo hacerte una pregunta?-

–Claro.-

–¿Quien era ese tipo que quería llevarte?- 

–Mi padrastro.- Las lagrimas no se hicieron esperar y de nuevo comencé a llorar.

–Oh, lo siento no quería hacerte sentir mal.- El paso su brazo por encima de mis hombros en lo que era un incomodo pero confortable abrazo.

–No, esta bien ya paso.-

–Por cierto, soy Paul.- 

–Susan.- 

–Y... ¿Tienes a donde ir Susan?- 

–Si, tengo un pequeño apartamento a unas cuantas calles de aquí.-

–Te acompañare, no te dejare ir sola, no después de lo que acaba de pasar.-

Al llegar a mi apartamento, Paul muy amablemente se despidió de mi.

–Espero no sea la ultima vez.- Dijo Paul.

–Claro que no.- Yo solo me limite a sonreír.

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Habían pasado un año desde que deje la casa de Bruno. Mi nuevo trabajo en la tienda de maquillaje era perfecto. Desde esa tarde horrorosa, no había vuelto a ver a Paul, me preguntaba si algún dia nos volveríamos a encontrar.

Una noche después del trabajo, Ann una chica de la tienda y yo decidimos salir a dar una vuelta antes de llegar a nuestras casas. 

–Definitivamente debemos ir a The Cavern, tienen la mejor música.- Dijo Ann.

–No había escuchado hablar de el, pero vamos.-

Al llegar, el lugar estaba abarrotado de personas, gracias a la amistad que Ann tenia con el chico de la entrada, no tuvimos que esperar. 
El ritmo de musica que se tocaba ahí era genial, no podías quedarte quieto ni por un segundo.

Ann tiro de mi mano y logro abrirse camino hasta llegar al frente del escenario. Habían 4 chicos muy lindos tocando, me lleve una grata sorpresa cuando uno de ellos tomo el micrófono.

–¿Paul?- No pude evitar sonreír como una tonta.

El también sonrío y agito su mano en forma de saludo. La noche transcurrió muy alegremente. Antes de que los chicos terminaran su actuación, Ann y yo salimos hacia la parte trasera de The Cavern, con la esperanza de poder hablar con Paul.

–¡Susan!- Paul salió por la puerta, y nos encontramos en lo que fue un lindo y tierno abrazo.

–Paul, me da tanto gusto volver a verte.- Dije mientras los abrazaba.

–Hola linda, yo soy John.- Uno de los otros chicos se presento con Ann. 

–No quieren acompañarnos, iremos por unos cuantos tragos cerca de aquí.- Dijo Paul.

–Lo siento, yo debo irme.- Ann mas que sonrojada salió casi corriendo de ahí.

–Creo que solo serán ustedes dos, nosotros también nos vamos.- John tomo su guitarra y se marcho junto con los otros 2 chicos.

–Bien, solo seremos tu y yo.- Dijo Paul sonriendo.

Al llegar al pub, comenzamos a platicar sobre todo lo que habíamos hecho en este tiempo. Aunque sonara un poco extraño, había cierta química entre los dos.

Poco a poco fui perdiendo el control sobre lo que estaba tomando y comencé a beber de mas, al igual que Paul.

Sin saber como, llegamos a mi apartamento. Casi a rastras, subimos las escaleras y entramos. Paul quien sostenia mi mano, se tumbo en el sofá tirando de mi brazo, lo que hizo que cayera encima de el.

–Eres muy bella, ¿lo sabes?- Paul rozaba mis labios con los suyos.

Poco a poco, Paul comenzó a desabotonar mi blusa, al igual que yo su camisa. Los besos se hicieron cada vez mas intensos. La forma delicada y tierna en la que Paul me acariciaba, me volvía loca.

A la mañana siguiente, desperté antes que Paul. Su cara de niño era una de las cosas mas tiernas que había visto en mi vida. 

–Hola.- Paul me sorprendió en la cocina.

–Hola.- Al verlo no pude contener una enorme sonrisa.

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Los siguientes 3 meses fueron unos de los mas felices de mi vida. Paul y yo éramos inseparables, cada rato libre que teníamos lo compartíamos juntos.
Mi apartamento se había vuelto nuestro lugar especial, nada ni nadie podía separarnos.

Una tarde después del trabajo llegue a casa, Paul se encontraba en el sofá tomando tranquilamente una taza de té.

–Su, tenemos que hablar.- Dijo Paul sin mirarme a los ojos. –Me iré a Londres con los chicos, grabaremos un disco y no se cuando volveremos.-

Sus palabras fueron como un golpe para mi.

–Esta bien, eso es bueno.- Puse mi mano sobre su hombro. Antes de conocerlo esto era su sueño, y no dejaría que lo abandonara por cualquier estupidez, incluyendome.

–Eres una chica muy especial, espero puedas encontrar a alguien mejor, que te valore.- Paul me abrazo, llore un poco sobre su hombro, el me beso tiernamente y salió cerrando la puerta lentamente.

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Hoy 40 años después de aquella dolorosa despedida, le he vuelto a ver. Aquel maravilloso chico que me ayudo en la parada de autobús cuando mas lo necesite, es el maravilloso Paul McCartney, pero para mi, es, fue y seguirá siendo el chico soñador con una guitarra vieja, simplemente Paul, el amor de mi vida.








Hola chicas, bueno este es mi primer relato en el blog, quiero explicarles un poco acerca de esto, estos relatos siempre vienen y van de mi mente, tengo miles de ellos, y dije bueno ¿porque no escribirlos en un blog? 
Espero les gusten :)

Todo comienzo...

...es una nueva oportunidad. Muy filosofico :P 
En este blog escribire algunas historias breves, obvio esta que seran sobre los fab four :)
Espero les gusten, se aceptan comentarios sobre cualquier cosa. :)